Con la llegada del nuevo año, son muchas las personas que comienza a pensar en que la primavera está cada vez más cerca, y con ella, la hora de empezar a poner a punto sus jardines. Y es precisamente en este momento cuando muchos usuarios se plantean la utilización del césped para decorar su jardín, y con ello aparece la pregunta: ¿Césped natural o césped artificial?. Con este artículo se pretende dar respuesta a esta duda mostrando las bondades del césped artificial, en muchos casos desconocidas y, ayudando así al cliente a decidirse.
Comenzando por el principio, habría que hablar de la preparación del terreno. La opción natural implicaría una preparación de la tierra en la que se plantará el césped, de cara, tanto a su fertilidad, cómo a limpiarla de malas hierbas que en el futuro podrían contaminar nuestro césped natural. Una vez concluido este trabajo habría que plantar el césped, en muchos casos mezclado con grama para que adquiera más cuerpo, y regarlo frecuentemente para terminar con una importante espera hasta ver el césped deseado.
Con la opción artificial, todo es mucho más rápido y sencillo. Los profesionales de Gardenstore instalan en pocos días cualquiera de los diferentes modelos y tonalidades, según las necesidades del cliente. Y siempre adaptándose al diseño requerido por el usuario. Haciendo posible así, que un frío suelo de terrazo o de lozas se convierta en pocos días en un precioso jardín con un césped de gran durabilidad.
Pero donde el césped artificial de verdad saca ventaja es en el mantenimiento. Si bien, la instalación puede resultar algo más costosa que la de la variante natural, el mantenimiento resulta mucho más económico. Un césped natural requiere gran cantidad de agua, sobre todo en épocas estivales, es lugar de anidación de insectos y pierde su color por las quemaduras producidas por calor o frío excesivos. Sin olvidar las malas hierbas y las plagas. Su variante artificial permanece inalterable ante todos estos inconvenientes, con el ahorro que ello supone. En cuestión de agua por ejemplo, llega a suponer un ahorro de un 90%, ya que únicamente es necesario regarlo una vez al mes para limpiarlo de impurezas. El césped artificial puede necesitar un cepillado para que recupere su forma en lugares de mucho tránsito, algo que aumentará aún más su durabilidad en perfectas condiciones. Por lo demás todo es disfrute de un paisaje que se mantiene verde todo el año sin preocupaciones de ningún tipo por quemaduras, plagas o cortes.